Sin atisbos de una pronta reactivación en la Cámara de Diputados del proyecto para atrasar el calendario electoral de este año, el Poder Ejecutivo tiene hasta el próximo lunes 10 de mayo para hacer la convocatoria a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, y deberá respetar la fecha vigente establecida por ley del 8 de agosto.
Sin embargo, fuentes parlamentarias del oficialismo aseguraron a NA que esto no sería un impedimento para que el Congreso pueda aprobar una reforma del cronograma electoral con posterioridad al 10 de mayo, autorizando al Poder Ejecutivo a corregir con un decreto las fechas de elecciones.
«Jurídicamente sí existe la posibilidad de que se pueda aprobar un proyecto más adelante. El límite del 10 de mayo es para el Poder Ejecutivo, pero si Congreso aprueba una ley que avale al Gobierno a modificar las fechas producto de una situación sanitaria que lo amerita, lo va a poder hacer», explicaron a este medio.
Quizás por esta flexibilización de los plazos y el análisis de que no sería tan urgente aprobar ya mismo una reforma influyó para que el ministro de Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, sacara el pie del acelerador y no enviara rápidamente un proyecto del Poder Ejecutivo en los términos del borrador que había hecho circular entre todos los bloques de la Cámara baja.
Cerca del titular de la Cámara baja, Sergio Massa, daban por sentado al inicio de la semana pasada que De Pedro iba a presentar un proyecto y defenderlo el viernes en un plenario de las comisiones de asuntos Constitucionales y Legislación General. Pero eso nunca ocurrió. De Pedro dejó de ponerle el cuerpo al tema.
¿Qué pasó en el medio? Los motivos siguen siendo opacos, pero la decisión fue tomar distancia y dejar liberado el debate a la discusión parlamentaria.
Juntos por el Cambio quedó pedaleando en el aire con esta falta de definición del Gobierno porque le había costado bastante consensuar una postura a favor de correr las PASO al 14 de septiembre, en el marco de una discusión que dejó heridos internos del ala más dura del macrismo.
El jueves pasado trascendió que el diputado nacional Pablo Ansaloni, del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo (una fuerza aliada al oficialismo), presentó un proyecto cuyo contenido va muy en línea con el borrador de De Pedro.
Por caso, mantiene el corrimiento de las fechas de los comicios: 12 de septiembre para las PASO, y 14 de noviembre para las elecciones generales. Parecía que esta fórmula, de tercerizar la presentación de un proyecto cuya aprobación le interesaba al Frente de Todos era la salida por arriba del laberinto. De esta manera, el oficialismo lograría disfrazar sus ambiciones y teñir al debate de una supuesta tónica de transversalidad política, para darle mayor legitimidad a la reforma electoral.
Sin embargo, no hay indicios aún de que el legislador bonaerense que responde a José Luis Ramón, vaya aún a presentar un proyecto que tiene lista y a la espera de que le llegue la orden de ingresarlo por mesa de entradas.
NA consultó a fuentes del presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, Hernán Pérez Araujo (Frente de Todos), para saber si tenía previsto convocar un plenario en conjunto con Legislación General, pero la respuesta fue invariable: sin novedades.
A la par de este presunto congelamiento de la iniciativa para reprogramar las fechas de elecciones, algunos gobernadores volvieron en la última semana a la carga con la idea de suspender las PASO, y el propio jefe del Frente de Todos en el Senado, José Mayans, ratificó esta postura. Lo mismo ya había deslizado Sergio Massa.
Desde Juntos por el Cambio temen que el Gobierno haya resucitado el plan que en algún momento concibió para eliminar por este año las PASO, a fin de no someter a la población a una jornada presencial masiva en el pico de la pandemia, con los riesgos epidemiológicos que ello conllevaría.
La oposición necesita a toda costa las PASO para dirimir sus internas en distintas jurisdicciones y no está dispuesta a convalidar un «cambio en las reglas de juego». (NA)