Ante el avance de la segunda ola, marcada por el aumento de casos de Covid-19 y las restricciones que podrían disponerse en virtud de esta situación sanitaria, la Mesa Directiva del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito IX ve con preocupación lo que pueda ocurrir con la industria de la construcción.
“Es sabido que por sus características particulares este sector constituye una industria saludable si el foco está puesto en evitar la propagación del coronavirus, ya que no implica riesgos de contagio, siempre y cuando se cumplan con los protocolos vigentes que hasta el momento se ha hecho estrictamente y de manera ejemplar”, aseguran las autoridades.
Las obras son espacios abiertos, desde el comienzo hasta sus etapas finales, lo que garantiza la ventilación natural del ambiente laboral, tal como piden los especialistas médicos. Se desarrollan con una baja densidad de operarios, es decir que se trabaja con poca cantidad de personal afectado en relación a la superficie, lo que garantiza el distanciamiento interpersonal requerido, de forma natural. Además, es una actividad idéntica a la obra pública, que siempre fue tomada como actividad esencial y nunca se detuvo.
Particularidades del Partido de General Pueyrredon
A las generalidades propias de esta industria que en el sentido sanitario la caracterizan como saludable, se suman algunas particularidades que, en el caso de esta ciudad, existen y merecen ser tenidas en cuenta. Mar del Plata fue la primera ciudad del país con más de 500.000 habitantes en retomar la actividad en las obras privadas con posterioridad a las restricciones impuestas por el ASPO. Esto ocurría a principios de mayo del año pasado.
Más allá de los reclamos de todas las entidades en representación de los distintos actores de la industria, que se hicieron escuchar con fuerza en aquel momento, la medida tenía su lógica en virtud que la reactivación de la actividad de las obras privadas no significaba una sobrecarga al sistema de transporte público de pasajeros debido a que “casi todo el personal involucrado, ya sean obreros o profesionales, nos movilizamos en forma individual, en automóviles, motocicletas o bicicletas”, sostienen.
Situación Socio Económica
Desde el Colegio de Arquitectos señalaron que esta ciudad viene liderando –lamentablemente- los índices de desocupación a nivel nacional. La enorme dependencia de la obra privada -que según datos relevados por la Ong Mar del Plata entre Todos representa el 92% del total de la industria de la construcción– no hace más que evidenciar las enormes dificultades que tiene el Estado en sus distintos niveles para financiar la tan necesaria obra pública.
“Si sumamos, dentro de nuestro Producto Bruto Global a toda la cadena de valor que nuestra industria moviliza, la actividad representa -según datos de la misma Ong Mar del Plata entre Todos- un 17% del total del movimiento económico local. Por estas razones, la construcción se verifica como un principal motor natural de la necesaria reactivación económica, sabiendo que genera mucho empleo permanente y de calidad, tanto para operarios y proveedores como para nosotros, los profesionales y que este gobierno municipal acuerda con esta realidad. Según nuestros datos, la obra privada ocupa en Mar del Plata más de 20.000 operarios directos y 700 profesionales en forma permanente», remarcaron.
En este contexto, entienden que no hay margen alguno para pensar en una nueva restricción hacia esta actividad. «La industria de la construcción en general ha demostrado una conducta impecable en el cumplimiento de los protocolos establecidos. Y nosotros como entidad estaremos siempre a disposición del Municipio para trabajar en medidas que puedan mejorarlos”, apuntan.
“Sabemos además –expresan- que esto es extensivo a todas las entidades que representan a nuestra actividad. La delicada situación socio económica, con la pobreza e inseguridad que se han acrecentado en los últimos años, no admite un nueva limitación hacia nuestro sector”.
Tal como manifestó el jefe comunal Guillermo Montenegro, el Partido de General Pueyrredon continúa en Fase 4. “No obstante este anuncio por el momento alentador, a esta altura de las circunstancias nos parece prioritario señalar tres cuestiones, que no mutan así como pueda ocurrir un cambio de fase. En primer lugar, el modo saludable de trabajo –a los fines del distanciamiento social requerido- que caracteriza a la actividad de la construcción. En segundo lugar, que no es posible equiparar situaciones urbanas distintas sin mirar datos más específicos, como los señalados anteriormente en cuanto a la forma de traslado, por ejemplo, que distinguen a nuestra localidad de otros núcleos urbanos de la provincia. Por último –y aquí también específicamente- que no da el margen para postergar el desarrollo normal de la industria de la construcción, teniendo en cuenta la imperiosa necesidad de reactivación laboral que tiene esta ciudad y que la construcción es, en este proceso, uno de los resortes clave”, concluyen.