El proyecto de Ordenanza para regular la oferta-demanda de actividad sexual que tiene lugar en varias zonas de la ciudad de Mar del Plata y trasladarla detrás del estadio José María Minella, generó el inmediato rechazo de los vecinos de esa zona, así como de dirigentes deportivos y políticos.
La iniciativa del concejal Nicolás Lauría, avalada por la Secretaría de Seguridad municipal, encontró la férrea oposición de los frentistas que se ubican sobre Diagonal Canosa, así como de las autoridades de las entidades deportivas que funcionan en la zona, como es el caso del club San José y CeDetalVo. Además es un corredor atlético y funciona el Centro Municipal de Hockey.
Por su parte, distintas voces del Concejo Deliberante mostraron su rechazo al proyecto, que a simple vista, no tendrá demasiado acompañamiento.
El concejal del Frente Renovador, Ariel Ciano, expresó su rechazo ante la posibilidad de que el gobierno municipal transforme a la Diagonal Canosa en un corredor de “oferta sexual”.
“Cuesta interpretar cuáles son las intenciones de la Secretaría de Seguridad y del concejal de Juntos por el Cambio, Nicolás Lauria, al promover este proyecto. La realidad es que esta propuesta demuestra el gran desconocimiento con el que muchas veces el oficialismo actúa para definir cosas importantes en Mar del Plata”, expresó Ciano.
El concejal indicó que esta medida del gobierno local no es la manera de “combatir la explotación sexual ni el narcomenudeo” sino que simplemente pretende “trasladar estas problemáticas hacia un nuevo lugar”.
El bloque de concejales de Acción Marplatense presentó una propuesta para crear un Espacio Mixto de Participación Ciudadana para abordar la problemática de las zonas rojas, prevenir la violencia y controlar la eficacia y transparencia de los procedimientos de las instituciones del Estado.
“Los desafíos no se ‘trasladan’, los problemas no se ocultan como si se tratara de poner residuos debajo de una alfombra” señaló la concejala Paula Mantero.
La concejala recordó que “hace varios años que los vecinos y vecinas de las ‘zonas rojas’ denuncian la conflictividad de las actividades, especialmente que a partir de la oferta sexual se encuentran personas desnudas en las calles, que se utiliza el espacio público para hacer necesidades y el vínculo que creció entre la oferta sexual y el narcotráfico” y agregó que “esto afecta la salud mental de los vecinos que no pueden conciliar el sueño, y más aún de niños y niñas que rechazan salir de sus casas para evitar encontrarse con situaciones que no logran comprender”.