Se trata de una iniciativa que busca destacar a quienes realizan tareas y servicios esenciales dentro de las actividades exceptuadas del aislamiento social, preventivo y obligatorio, que recientemente fue extendido hasta el 24 de mayo inclusive. Incluye a personas que desempeñan tareas en el ámbito de la salud, de la producción y venta de alimentos, de la comercialización de medicamentos, y en los medios locales de comunicación, entre otros.
En este sentido, la concejala Sol de la Torre aseguró: “En Mar del Plata y Batán, como en tantas otras localidades del país, son muchísimos las trabajadoras y trabajadores que con sus labores y tareas nos proveen a todas y todos de insumos y servicios básicos, en un contexto que exige el aislamiento social como medida preventiva y colectiva para evitar la propagación del Covid 19. En ese marco, reconocerlos es muy importante porque son quienes garantizan la continuidad de la vida en tiempos de pandemia».
«Pero además, es fundamental que como sociedad registremos y seamos conscientes que las tareas de cuidados son realizadas (en general, y sobre todo en este marco) por mujeres trabajadoras. Y hacerlo implica visibilizar y poner en valor un trabajo que debe ser reconocido por toda comunidad», agregó.
La propuesta también alcanza a todas esas personas que cumplen tareas fundamentales para contener a las familias más vulnerables en distintos barrios y espacios de articulación social, como es el caso de quienes, desde los 31 Comité Barriales de Emergencia, asisten hoy a más de 27.500 personas en 300 comedores y merenderos, o de las mujeres que preparan roperos y ollas populares para todos sus vecinos y vecinas.
Por su parte, el concejal Roberto “Tata” Gandolfi sostuvo que “vale la pena reconocer todo el trabajo, amor y compromiso que hay en cada cocina popular”: «Hay constancia y saberes para preparar diariamente la mejor comida posible, que sea nutritiva, sabrosa, suficiente y que rinda. Hay mucho trabajo de gestión para conseguir los insumos necesarios y para administrarlos de la mejor manera».
Además, reflexionó que estas una tarea para la cual las referentas de esas cocinas populares, (en su mayoría mujeres), se capacitan y organizan; y toman el compromiso para que nadie se quede sin comer: «Muchas veces lo hacen en sus propias casas, con una garrafa prestada. El reconocimiento de ese trabajo es fundamental para entender cómo tantas familias sin ingresos están pudiendo subsistir en este contexto tan difícil: porque las respuestas se construyeron colectivamente en cada territorio. Nadie puede solo”.