El uso de barbijos o tapabocas es hoy uno de los temas centrales en el marco de la pandemia por el Covid-19, por lo que estar bien informados es imprescindible. Luciana Barbini, profesora de Microbiología Clínica y Virología Básica del Departamento de Química y Bioquímica Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, investigadora adjunta del CONICET y miembro de la Sociedad Argentina de Virología, brindó detalles sobre las diferencias entre barbijos y tapabocas, y cómo es su uso correcto.
Para las personas sanas Barbini recomienda el uso de “tapabocas” caseros que tapan la boca y la nariz. El tutorial del Ministerio de Salud de la Nación de cómo realizarlos se puede ver aquí. Los tapabocas caseros pueden ser elaborados con varias capas de telas de algodón (de un pañuelo o una remera), un papel tipo filtro y banditas elásticas. Deben ser personales y lavarse todos los días con agua y jabón.
La investigadora explicó que al usarlo en lugares públicos se protege a las otras personas porque previene la transmisión de las gotículas que se generan al hablar, toser o estornudar, las cuales pueden contener partículas virales infectivas. ”Es fundamental tener en cuenta este aspecto, dado que existe un número importante de personas infectadas con el SARS CoV-2 que son asintomáticas y que pueden igualmente trasmitir el virus. En este sentido se deber tener especial cuidado en evitar la transmisión en los grupos más vulnerables”, añadió.
Barbini no aconseja utilizar barbijos profesionales, como por ejemplo el N95, ya que “son un insumo médico y por lo tanto su uso debe estar reservado para los pacientes infectados o con sintomatología respiratoria y para el personal de salud que los asiste. Si todo el mundo sale a comprar este tipo de barbijos puede llevar a la disminución de este recurso, lo que genera la desprotección de los profesionales”, explicó.
Asimismo consideró que el mal uso del barbijo puede ser “contraproducente”. Esto porque “puede generar falta de disponibilidad para las personas que realmente lo necesiten y en las cuales está indicado su uso”. Además, “el barbijo debe colocarse, usarse, retirarse y descartarse de manera adecuada. No todas las personas conocen estos aspectos y corren el riesgo de no hacerlo correctamente”, añadió.
Por último la investigadora y docente de la UNMDP resaltó que el uso de tapabocas “no reemplaza las otras medidas de prevención, como el lavado de manos, estornudar en el codo, el distanciamiento de un metro y medio, entre otros”. Y que “es fundamental quedarse en casa y si, eventualmente no tienen más opción que salir, recomendaría que se armen un tapabocas casero y que lo utilicen cuando tengan que asistir a los lugares públicos permitidos (supermercados, bancos, farmacias, cajeros), donde podrían estar en contacto con otras personas. El objetivo principal de su uso es proteger a los demás de las gotículas respiratorias que generamos, y de esa manera minimizar la posibilidad de transmisión”, concluyó.