Por: Roberto Garrone

Liberemos la imaginación… Supongamos que el Congreso de la Nación aprueba el proyecto de la Ley Ómnibus. No, mejor hablemos con propiedad… “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” y el Capítulo III que trata el Régimen Federal de Pesca queda tal cual el proyecto original enviado esta semana, cuyo autor intelectual, Federico Sturzenegger sólo tiene pergaminos como endeudador serial de la nación.

La flota potera argentina se integra por 74 barcos habilitados para pescar calamar desde el próximo 3 de enero. Un grupo de 32 buques tienen permiso definitivo para capturar la especie mientras que los otros 42 cuentan con permisos temporarios y el compromiso de reprocesar un porcentaje de su captura que varía del 5 a más del 20% aunque el año pasado el CFP determinó que aquellos que deban renovar el permiso incrementaban el compromiso al 20%, de modo de promover el trabajo en tierra.

En ese universo hay 33 barcos que pertenecen a 13 empresas de capitales chinos, las cuales han accedido al respectivo permiso de pesca para operar dentro de la jurisdicción de aguas nacionales, ese mundo que la canciller Diana Mondino desconoce extraordinariamente por completo.

Ahora resulta que los actores de la industria nacional son privilegiados por tener una flota con cuota de captura y el permiso de pesca respectivo. Algunos sí, Diana, están flojos de papeles, no le voy a mentir, y hasta han salido inmunes. Pero podrían haber pasado un bisturí, no una motosierra que unió a todo el sector en su rechazo absoluto y terminante.

Volvamos al juego… El año pasado la flota potera desembarcó 147 mil toneladas de calamar. Si nos abrazamos a la regla de tres simple, tendríamos que el 44.59% de las capturas correspondió a barcos de capitales chinos, o lo que es lo mismo: 65547 toneladas. Dicha carga se exportó en su totalidad y generó el año pasado, a un precio promedio de 2146 dólares por tonelada, algo más de 140 millones de dólares.

No sólo divisas para el país generó la flota china operando en aguas argentinas: trabajo en las tripulaciones, insumos, combustible, activa turnos de estibadores y transportistas que operan la carga en los muelles de Deseado, Madryn, White y Mar del Plata.

Vale aclararles algo. Estas empresas chinas de nuestro lado forman parte del conglomerado de empresas armadoras controladas por el estado chino que pescan del otro lado de la milla 200. Sí, las que depredan el recurso no respetando tiempos de veda, operan con mano de obra esclava, y a la sombra de posicionamientos satelitales que atentan contra la sustentabilidad del calamar.

Si se aprueban las reformas a la ley de pesca todo lo que genera esta flota se evapora como las lanchas amarillas de la banquina chica. Quedaría derogado el Artículo 26 de la Ley de Pe, que establece la obligatoriedad de toda la flota nacional a descargar en puertos argentinos

Salvados de ese requisito, esa flota china con permisos nacionales podrá aprovechar la logística de sus pares que pescan del otro lado de la milla 200 y recibir todos sus beneficios: aprovisionamiento de combustible y víveres, transbordos en alta mar y/o descargar en Montevideo sin controles, precios de referencia ni el 15% de derechos de exportación que aplicó el flamante gobierno.

Comprenden la magnitud del daño que pueden provocar las reformas a la ley vigente. El calamar dinamiza el comienzo de año en Deseado y Madryn y sostiene la actividad en Mar del Plata en el segundo y tercer trimestre. Los que dicen actuar para promover el trabajo activarán una manguera a chorro de obreros a la calle.

Y aquellos 42 comprometidos a reprocesar parte de sus capturas en tierra harán pito catalán. Esa obligación brotó de una resolución del Consejo Federal Pesquero. Pero ahora será una Ley la que los exime de descargar en puertos argentinos.

Lo del calamar es apenas un ejemplo para resumir el acto de entrega más vil de nuestros recursos naturales. Es firmar la sentencia de quiebra para las empresas nacionales; el acta de defunción para miles de trabajadores vinculados a su captura, descarga y reproceso. La Libertad no avanza, la Libertad entrega.

Amparados por la emergencia y urgencia por cambiar la Argentina, la regalan al mejor postor y sin sus trabajadores. Porque también derogan el artículo 40 que establecía condiciones para la composición de las tripulaciones en los barcos pesqueros. Ahora todos podrán ser extranjeros.

Con estos cambios que propone la Ley, la licitación internacional para las especies cuotificadas: merluza hubbsi, merluza negra, merluza de cola, Polaca y vieira, y el poder absoluto de la autoridad de aplicación para la entrega de nuevos permisos, que se supone también saldrán a compulsa, ya nadie en el sector busca ubicar a su candidato en la Subsecretaría de Pesca. Ese cargo se limitará a cumplir la función de licitador serial.

La misma implosión que se generaría con el calamar puede detonar la merluza hubbsi, principal especie del mar argentino que el 31 de diciembre del 2024 debería licitar más de 300 mil toneladas. Hay flotas españolas y chinas que operan fuera de nuestra jurisdicción capaces de hacer una oferta superadora a la que podrían exponer Solimeno o Moscuzza, con costos operativos sensiblemente inferiores a los “privilegiados” nacionales. Y saben (?) que ninguno de los dos son santo de mi devoción.

Y como todo esta pensado en servirlo en bandeja a los capitales extranjeros, la reforma ya no le entrega la cuota a los barcos, como sucede ahora, sino a las empresas. Y pueden crear 100 empresas diferentes y quedarse con toda la cuota para pescarla con barcos congeladores y descargarla donde quieran sin generar trabajo ni valor agregado en Argentina.

Hoy la flota nacional tiene casi vedado por cuestiones biológicas recursos de altísimo valor comercial como el abadejo o las rayas. Quién va a controlar que no las exterminen, como podrían exterminar las especies licitadas, si descargan en alta mar o en el extranjero. Diana Mondino seguro que no.

No importan los derechos adquiridos por los buques argentinos tenedores de las cuotas, ni de las empresas y sus inversiones en tierra ni la mano de obra que ocupan. Porque como muestra de bondad el proyecto contempla que los actuales tenedores de cuota tendrán un derecho preferencial sobre el 50% de la misma. Lo podemos ver de otro modo. Sin siquiera sentarse a la mesa ya perdieron el 50% de sus activos.

¿Estas son las Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos? Desempleo, quiebre de empresas, colapso de los recursos pesqueros y caída en el ingreso de divisas. El puerto y la industria en Mar del Plata viven de la merluza fresca. La velarán al grito de “Viva la Libertad, carajo”!!

Tener un buen 2024 será todo un desafío para la pesca nacional.

Buen domingo. Felicidades


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