El homicidio de un ladrón de 27 años por parte de un jubilado de 81, ocurrido en las últimas horas en Mar del Plata, se convirtió en el tercer hecho en lo que va del 2020 en la ciudad en que un delincuente es abatido por víctimas de un intento de robo, informaron hoy fuentes judiciales y policiales.

Además, hubo un cuarto episodio tres semanas atrás en las afueras de la localidad balnearia, en el que un joven murió tras ser baleado por un agente policial que declaró que había intentado sustraerle la moto, aunque la familia del fallecido asegura que se trató de un caso de gatillo fácil.

El primer hecho ocurrió el 15 de enero en Parque Camet, cuando Mauro Osores (31), integrante del Grupo Halcón que se encontraba de franco de servicio, baleó a un delincuente que intentó asaltarlo.

De acuerdo a la investigación del caso, a cargo del fiscal Juan Pablo Lódola, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 6 (UFI 6), el efectivo estaba con su pareja dentro de su auto cuando tres jóvenes rompieron una de las ventanillas y comenzaron a golpearlo, por lo que el hombre realizó al menos dos disparos con su arma reglamentaria, que impactaron en el cuerpo de Juan Vargas (22), quien murió a pocos metros.

El hecho fue caratulado como «homicidio agravado por el uso de arma de fuego», y si bien el agente continúa imputado, fuentes judiciales indicaron a Télam que «el caso reúne las características de un hecho de legítima defensa».

De acuerdo a la causa, además, el joven asesinado se encontraba en libertad pese a que en febrero de 2018 había sido condenado a cinco años y seis meses de prisión por una entradera.

El segundo episodio ocurrió el 18 de junio último en el barrio Chauvín, a 20 cuadras del centro, cuando un hombre identificado como Santiago Chifflet (28) mató a un delincuente que amenazaba con un arma a su padre, un contador de 58 años, mientras intentaba asaltarlo en la puerta de su casa.

En el hecho intervino el fiscal de la UFI 1, Fernando Castro, el mismo que lleva adelante el caso del jubilado que en las últimas horas mató a un ladrón en el barrio Colina Peralta Ramos.

De acuerdo a la instrucción, Chifflet le dio siete tiros al delincuente identificado como Juan Gabriel Gómez (38), quien falleció en el lugar.

El hijo del contador fue imputado por «homicidio y portación ilegal arma de fuego», y el próximo viernes declarará por primera vez en la causa, en la que el fiscal no dispuso ninguna medida de restricción de la libertad para él.

A esos casos se suma el homicidio de Brandon Romero (18), quien recibió un disparo por parte de un subteniente de la policía bonaerense en las afueras de la ciudad, el primer domingo de julio.

El hecho se produjo cuando el efectivo circulaba por la Ruta 226 mientras se encontraba de franco, y según su propio relato, fue abordado por tres delincuentes que también se desplazaban en moto e intentaron robarle, por lo que realizó al menos un disparo con su arma reglamentaria, e impactó en uno de los asaltantes, quien murió en el lugar.

El caso está en manos del fiscal Alejandro Pellegrinelli, titular de la UFI 5, quien imputó al efectivo por «homicidio agravado por el uso de arma de fuego» y ordenó el secuestro de su arma.

«Se me vino encima y disparé», aseguró días atrás el agente Arcángel Bogado, al dar su versión ante Pellegrinelli, y según fuentes de la causa, al declarar «hizo una invocación de una situación de legítima defensa», que «en principio estaría configuraba» para los investigadores.

Familiares de Romero se manifestó el mismo día de la indagatoria en los tribunales, para denunciar que se trató de un caso de «gatillo fácil», y el fiscal mantuvo un breve encuentro con algunos de los ellos, donde explicó que «no hay elementos» en la investigación que apuntaran en ese sentido. (Télam)


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