Por: Roberto Garrone
Así como el puerto marplatense y su flota e industria pesquera volcada al reproceso de materias primas de origen marino es principalmente merluza dependiente, al momento de vender esa producción al exterior, Brasil asoma como el principal destino de esas exportaciones de merluza, ya sea el filet elaborado en tierra como el filet que producen los buques congeladores a bordo.
Los números oficiales que aporta todas las semanas la Subsecretaría de Pesca así lo reflejan. Hasta la semana pasada en Mar del Plata se habían descargado 265 mil toneladas de productos pesqueros, de los cuales 114 mil correspondieron a merluza hubbsi: 98 mil del efectivo al sur del 41°S y el resto del efectivo norte, el más crítico de la pesquería y por el que habrá que esperar hasta noviembre para que el INIDEP pueda poner en condiciones al Holmberg y salir de campaña. Pero esa es otra historia…
Como vemos Mar del Plata concentra poco menos que la mitad de las descargas de merluza. Veamos las estadísticas de las exportaciones. Brasil sigue siendo el principal destino del filet de merluza que aporta la industria pesquera argentina.
Pero los números en volumen y divisas son menores en el comparativo de los primeros siete meses del 2023 en relación al año pasado, según reporta la estadística de CAPECA.
En los primeros siete meses del año se exportaron un total de 34.268 toneladas cuando en el mismo período del año pasado fueron 32.318 toneladas. Pero las destinadas al país vecino bajaron considerablemente.
Entre enero y julio acumularon 10,809 toneladas, 18% menos que en el mismo período del 2022. Esa merma generó menor ingreso de divisas. Fueron 35,2 millones de dólares, 23,2% menos que en 2022. El precio promedio fue 3256 dólares la tonelada, 6,4% menos que el año anterior.
Todo esto para decir que Mar del Plata y Brasil están muy ligados en esta industria y cualquier elemento nuevo que ingresa al escenario en el país vecino, genera complicaciones o contratiempos de este lado de la frontera.
El elemento nuevo que sobrevuela la relación comercial tiene que ver con aspectos sanitarios que generan cortocircuitos en la frontera. Desde el gobierno de Bolsonaro y ahora también con Lula Da Silva, Brasil ha rechazado lotes de filet de merluza por haber superado el nivel de PH, Sodio y sobre todo, cantidad de parásitos en el músculo del filet.
Los más comunes en la merluza son los denominados Anisakis y no hay manera de aplicar métodos preventivos pues se trata de un recurso salvaje que habita el océano. Sí se podría mitigar la cantidad de residuos orgánicos de la faena de los propios recursos pesqueros en alta mar y que son fuente de la generación de parásitos. Pero esta también es otra historia.
El problema para la industria marplatense es que la mirada brasileña sobre las condiciones de la merluza argentina muchas veces es arbitraria. Aún con parásitos el producto es apto para el consumo humano mientras no se excedan los valores reglamentarios que limitan su inocuidad. Todo lo demás se parece más que a un control sanitario al levantamiento de barreras para arancelarias.
Y de valores reglamentarios trata la Ordenanza SDA/MAPA 832 que Brasil aprobó en junio pasado y que incluye un nuevo Reglamento Técnico de Identidad y Calidad para pescado congelado, pescado en salmuera congelado y pescado en salmuera congelado para conservas”.
Brasil puso en consulta pública el nuevo reglamento y Argentina presentó sus objeciones a dos párrafos de dos artículos diferentes. La posición nacional fue producto de un trabajo mancomunado que reunió a especialistas sanitarios, autoridades, universidades, agregado comercial argentino en Brasil, cámaras pesqueras, empresas y sus propios equipos veterinarios.
Argentina dejó en claro su compromiso en la calidad de la producción de alimentos que exporta al mundo y consideró que los parámetros físico-químicos que alude el Reglamento y que debe cumplir el pescado congelado, ya no se utilizan y que no representan la calidad de los productos.
La merluza que se exporta a Brasil y es rechazada en su frontera es la misma que se envía a otros destinos como España, Estados Unidos, Portugal y Croacia. Los países europeos han incrementado su participación en el ranking de ventas.
España particularmente aumentó la compra de merluza hubbsi un 100% entre enero y julio, con 10.435 toneladas.
El más sensible es el Artículo 13 del reglamento que incluye el término “aspecto repugnante” para calificar a las unidades defectuosas con parásitos visibles o lesiones inflamatorias. Argentina pidió quitar ese término por considerarlo un factor completamente subjetivo que no es utilizado tampoco en el resto de los mercados y donde tampoco refieren a un número determinado de parásitos.
La consulta pública cerró el 17 de septiembre y ahora habrá que esperar 75 días para que las autoridades sanitarias determinen si las objeciones son viables y aplican las modificaciones sugeridas por Argentina.
Del 24 al 26 de octubre, San Pablo será sede de la Sea Show Latin América, un espacio de negocios que permite el encuentro con una oferta de empresas distribuidoras, frigoríficos, importadoras e industrias de procesados de los productos del mar y acuicultura del continente.
La Feria puede constituirse en un termómetro de la relación comercial entre ambos países. Por ahora la cosa viene más bien fría… El año pasado argentina estuvo representada por las empresas Artico, Lanzal, Conarpesa, Iberconsa, Food Partners, Rdd Chambers y Newsan. Hasta esta semana, solo habían confirmado la presencia en la edición 2023 la mitad de ellas.
Buen domingo