Por: Mario Rodríguez – ex concejal

Ante la decisión del gobierno provincial del retorno a las clases presenciales, a partir del próximo miércoles, en todos los niveles educativos en los distritos del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), se ha instalado en nuestro municipio un lógico debate al respecto.

Entiendo como muy saludable que, en vez de polemizar públicamente al respecto, los funcionarios municipales expliquen debidamente si, en este tiempo, se han hecho todos los deberes para lograr la vuelta a una presencialidad efectivamente cuidada. Sería muy extenso contemplar todas las aristas, que requieren un abordaje desde lo pedagógico y psicosocial, pero también desde lo epidemiológico, en tiempos de pandemia. Sólo me concentraré en inquirir en un par de cuestiones que son responsabilidad exclusiva del municipio.

Cuándo el Intendente afirma que, si por él fuera, las clases volverían mañana mismo, ¿es consciente de lo que sus palabras implican o es una afirmación más vinculada a un deseo personal o un anuncio de tipo electoralista? ¿Están al tanto él y sus funcionarios de la cantidad de niñas, niños, adolescentes y adultos (escolares, docentes y auxiliares) que utilizan el transporte público para llegar a los establecimientos educativos o creen que todos son llevados o llegan de manera particular? ¿Conocen fehacientemente el estado de las calles y los alrededores de los establecimientos (luminarias, pavimentos, granza, tierra, pastizales, etc.)? ¿Seguro que está todo en perfectas condiciones? ¿Nos quedamos absolutamente tranquilos que ya mismo podemos comenzar con una presencialidad plena, o habría antes que convocar a algunas instancias de diálogo respetuoso y trabajo fecundo, para ello?».

En el caso de los establecimientos educativos, como Jefe Político del Municipio, ¿tiene a mano el Intendente un diagnóstico certero del estado en el que se encuentran cada uno de ellos? No hablo sólo de los que son parte del Sistema Educativo Municipal, en los cuales tiene incumbencia directa, sino también los provinciales y hasta los de gestión privada. Si es cierto lo que se dice en campaña, hay que garantizar que todos tengan resueltas algunas cuestiones básicas. Para eso, como mínimo, debe haber una tarea conjunta y permanente, más aún en tiempos de pandemia, entre la la Secretaría de Educación Municipal y la Presidencia del Consejo Escolar (ambas a cargo de dos integrantes del mismo espacio político, lo que debiera facilitar las cosas). Un informe común de ambas dependencias sobre el actual estado de cosas sería muy oportuno», expresó el ex concejal alfonsinista.

Insistiendo en el tema del transporte público, me preocupan sobremanera las exposiciones vertidas tanto por el Secretario de Gobierno como por el Subsecretario de Movilidad Urbana, al momento del tratamiento frustrado del pliego, cuando reconocieron que tienen ¨herramientas muy limitadas de control¨ y que ¨20 inspectores son insuficientes para cumplir con determinadas pautas de control¨. Ello motivó que el Jefe de Gabinete y el propio Intendente, salieran a aclarar que ¨se está trabajando con las empresas para aumentar las frecuencias y evitar de esa forma la aglomeración de gente¨. Al día siguiente (no esperaron mucho), la CAMETAP (Cámara Marplatense de Empresas del Transporte Automotor de Pasajeros), a través de una nota firmada por Juan Inza, advirtió que no estaba en condiciones financieras de cumplir con el pedido de aumento de frecuencia. Este intercambio se dio en una situación similar a la actual, que requería la prestación del servicio con la totalidad del parque automotor para reforzar las frecuencias en el horario pico y, de esta manera, garantizar el distanciamiento social en las unidades. ¿Se avanzó ahora lo que no se pudo antes? ¿Los empresarios se allanaron a colaborar, desinteresadamente, o las ¨condiciones financieras¨ mutaron favorablemente, luego del último aumento del 47% dado a los empresarios?.

En lo atinente a los establecimientos educativos, sería conveniente afectar parte de los millonarios recursos que ingresan por vía del presupuesto municipal, y los que llegan al distrito en concepto de Fondo de Financiamiento Educativo, a fin de colaborar en la mejora de los mismos (hablo de TODOS), y en aumentar los cupos del servicio alimentario escolar. También sería importante dotarlos de los insumos imprescindibles (léase barbijos, máscaras, lavandina, alcohol en gel, etc.), para garantizar condiciones sanitarias adecuadas y evitar contagios.

Párrafo aparte para bregar por la resolución del conflicto (ahora judicializado) que tiene en vilo a centenares de  alumnos, padres y madres que reclaman por la restitución del boleto estudiantil en las líneas de colectivo de Costa Azul, y que ven vulnerada la posibilidad de acceder a la educación, ante la imposibilidad de afrontar los costos del valor ordinario del boleto. En el 2019, cuando yo presidía la Comisión de Educación y el entonces Concejal Marcelo Carrara presidía la Comisión de Transporte logramos hallar la solución, por el compromiso de madres, padres y alumnos, concejales, consejeros escolares, defensores del pueblo, representantes de los gremios docentes (SUTEBA principalmente) y los entonces funcionarios municipales Alejandro Vicente (ex Secretario de Gobierno) y Claudio Cambareri (ex Subsecretario de Transporte y Tránsito). Es tiempo de resolver este tema ya, sin más dilaciones. Si antes pudimos hacerlo, ahora debemos lograrlo nuevamente.

Para finalizar, entiendo que todas estas cuestiones sobre las cuales he discurrido, y otras, tienen que aclararse en el Concejo Deliberante pero, además, desde el Departamento Ejecutivo se deben propiciar o constituir ámbitos donde tratarlas, si de verdad queremos concretar una presencialidad efectivamente cuidada.


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