El próximo domingo se realizará un concierto interpretado con las 5 campanas de la Catedral. Un espectáculo verdaderamente acústico, puesto que el tañido de los bronces genera una frecuencia saludable y armoniosa para la ciudad.

Federico Orio es el autor y será responsable de este espectáculo original en la ciudad. Es un músico tucumano, percusionista, compositor y productor musical, nació en 1983. Compuso, produjo y dirigió conciertos de campanarios: “Cenizas”, “Vísperas”, “Libertad”, “Batalla de Tucumán” y “Camino de las campanas”(co. Escrito y producido junto a Ciro Cavalotti). Como percusionista, participó en conciertos de la Orquesta Estable de Tucumán. Grabó baterías y percusiones en discos de sellos independientes: Yoconvoz, Fuego Amigo, Plastilina Records (Perú) y Quemasucabeza (Chile). Productor artístico del álbum Sector Apagado de Rosario Bléfari (Ultra-pop 2019). Compuso obras de percusión de cámara, entre las destacadas “Bronce” que se estrenó en el festival internacional de música contemporánea del conservatorio Astor Piazzolla, Bs. As. en 2019.

El espectáculo con las campanas

Las cinco campanas más importantes de la catedral se llaman: Clara, Ercilia, Ernestina, Josefina e Inés. Ellas brindaran su canto en forma de concierto compuesto y dirigido por el músico tucumano Federico Orio, quién a su vez estará acompañado por destacados músicos y artistas Marplatenses en el campanario.

Estas cinco campanas fueron donadas por familias tradicionales de Mar del Plata a lo largo del siglo XX.

Con su gran tamaño, sonoridad y belleza deleitarán al público asistente por aproximadamente veinticinco minutos. El concierto de campanas no es de carácter litúrgico y está dirigido a la comunidad en general. Es un concierto apto para todo público. Un concierto verdaderamente acústico, puesto que el tañido de los bronces genera una frecuencia saludable y armoniosa.

La Plaza San Martín se convertirá momentáneamente en auditorio al aire libre. Se podrá disfrutar el concierto cumpliendo todos los recaudos de cuidado en estos tiempos difíciles, respetando el distanciamiento social, al aire libre y a plena luz del día.

Los conciertos de campanas son frecuentes en varias ciudades del mundo y también en el Norte de nuestro país. No es un concierto de melodías, sino un concierto de reverberaciones, ecos y memorias. Las campanas suenan siempre igual desde su fundición y hasta que se rompen. Esta cualidad del sonido une en un solo tañido: pasado, presente y futuro.

El público es libre de elegir cualquier punto de escucha en la plaza o deambular durante las campanadas para percibir los cambios que se generan gracias a los «rebotes», o mejor dicho el diálogo que mantienen las campanas con la arquitectura de la ciudad. Cada asistente percibe el concierto de acuerdo al punto de escucha que elija, ya sea estático o en movimiento y también de acuerdo a las memorias que suscite en la imaginación de cada uno.

Si el día es soleado y con viento, el sonido de las campanas viajará por kilómetros llegando hasta los oídos más lejanos dentro de la ciudad. Pero si por el contrario el ambiente es húmedo y llueve, el sonido viajará a menor distancia y será detenido en parte por las partículas de agua haciendo que el sonido se vierta directamente sobre la plaza. De todas maneras, el efecto acústico es notable y disfrutable en todas sus expresiones


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