La ilusión de la victoria duró tan sólo 5′ del primer cuarto. Argentina desconcertó a los norteamericanos en el inicio con 8 puntos del cordobés Facundo Campazzo y 6 de Manu Ginóbili. Sin embargo, una ráfaga de Estados Unidos despachó las chances del triunfo: en 10′ consiguió un parcial de 27-2.
«Ni bien sacamos la pata del acelerador, nos pasaron por arriba», así definió el bahiense el trámite de la primera etapa. La ventaja, lamentablemente, fue irremontable. Creció en el tercer cuarto, con la actuación destacada de Kevin Durant, Cousins y un buen aporte desde la banca de Paul George.
El objetivo era llegar al último cuarto con posibilidades de avanzar a la siguiente instancia, pero Estados Unidos consiguió una ventaja mayor a 20 unidades. De ahí en adelante, el show estuvo en las tribunas con una banca impresionante de los argentinos en el carioca arena.
Sergio Hernández mandó a la cancha a Nocioni, Scola, Delfino y Ginóbili para que disfruten sus últimos minutos representando a la Selección. A pesar de la derrota, el legado que le deja a los más jóvenes la Generación Dorada es el aspecto más importante en estos Juegos Olímpicos. Fue el final de un ciclo icónico en la historia del deporte argentino.