El intendente Carlos Arroyo reconoció que uno de los aspectos que más se le objeta en este primer año de gestión son los problemas de comunicación con los vecinos e incluso ha tenido discusiones con miembros de su Gabinete.
Durante una entrevista con el programa Vencedores y Vencidos (Radio La Red MDP FM 91.3), el jefe comunal manifestó que “va a tratar” de reflexionar sobre este tema.
No obstante, remarcó que “todavía estoy pagando las cuentas del anterior intendente que creía una barbaridad en la comunicación, ponía pautas que después no pagaba, hablemos concretamente. Yo no trabajo así”, aseveró.
Arroyo añadió que “si para tener una pauta más en la televisión, tengo que poner plata que puedo gastar en un jardín de infantes o en CAPS, lo prefiero gastar en eso y no en comunicar”.
“Muchos funcionarios no lo entienden, discuto bastante por ese tema, son poco lo funcionarios que lo entienden, pero no me preocupa mucho porque la gente lo sabe, la gente es más viva que todos nosotros juntos, la gente sin necesidad de leer los diarios ni mirar televisión sabe mucho más de lo que a veces el pequeño entorno de los políticos cree”, expresó.
Más adelante, el Intendente se refirió al polémico empresario español Florencio Aldrey, dueño del Multimedios La Capital.
“Lo que hice es rezar por él, yo soy un hombre muy creyente y recé por él para que Dios le dé la capacidad de recapacitar y se dé cuenta que Mar del Plata no tiene dueño, o tiene un millón, que son todos los habitantes, todos y cada uno de ellos. Es tan dueño de Mar del Plata el último chiquito que vive en la última villa miseria, como el Intendente, como cualquier otro empresario”.
“Me duele en el alma cuando dice que es el dueño de la ciudad, yo creo que acá dueños no hay, acá todos somos dueños y responsables de la ciudad, ésta es la verdad”, subrayó.
Arroyo fue contundente al plantear que “acá nadie sobra y lo tienen que entender todos. Esos que tienen la soberbia y la prepotencia que dan los millones están equivocados, y yo lo siento por ellos, por eso le rezo a Dios para que recapaciten, no lleva a nada ese odio”.